Sala de prensa

En Chile estas publicaciones, así como el desarrollo del periodismo local, comenzaron a gestarse en 1812 con las primeras impresiones de la La Aurora de Chilepor parte de fray Camilo Henríquez. Desde entonces, los diarios y periódicos se multiplicaron, conformando un campo específico de las comunicaciones, de la difusión de noticias y del consiguiente intento por formar opinión y educar, tal como lo mencionó Camilo Henríquez en el primer número de La Aurora al señalar que su objetivo era “construir los valores de la nueva nación chilena y conformar su identidad”.

Tal fue la importancia que cobraron los periódicos en la formación de la opinión pública y en la estabilidad de los proyectos políticos que siguieron a la Independencia, que el Supremo Gobierno de Chile decidió promulgar en 1820 una ley que estableció que la Biblioteca Nacional debía guardar y conservar todos los periódicos o papeles públicos que se editaran en Chile. Según Ramón Freire y Enrique Campino, redactores de esta ley, la razón de esta decisión fue: “tener conocimiento de la opinión pública para expedirse con acierto en sus resoluciones; conociendo que, el mejor barómetro de aquella son los escritos que se publican en la prensa; y considerando finalmente que en todos los países cultos son obligados los editores de todo periódico o papel público a depositar en la Biblioteca Nacional e Intendencia de Policía cierto número de ejemplares de cada uno de los que salen a la luz”. Esta misma idea fue la que se plasmó de forma más definitiva en la Ley de Propiedad Literaria del año 1834, consagrando así lo que hoy se conoce como Depósito Legal, es decir, el deber de depositar dos ejemplares de cada papel periódico o suelto que sea impreso.

Desde entonces se ha conformado en la Biblioteca Nacional una completa colección que contiene ejemplares del año; 1812 hasta hoy, y que continúa creciendo día a día. Este extenso acopio de publicaciones constituye un valioso fondo del patrimonio documental de nuestro país, ya que contiene trozos de la historia cotidiana, social, cultural y política de las más remotas, pequeñas; y grandes localidades que constituyen nuestro actual territorio. Debido a esta enorme riqueza, no es de extrañar; que la Sección Periódicos sea la más consultada de todas las colecciones de la Biblioteca Nacional. Anualmente atiende más de 3.500.000 consultas en soporte papel y más de 300.000 en microformatos.

El orden actual que posee esta sección comenzó en 1925, cuando la Biblioteca Nacional fue trasladada a su actual ubicación en calle Alameda, al tiempo que el Depósito Legal fue reforzado con la nueva Ley de Registro de Propiedad Intelectual, que creó la Visitación de Imprentas, y la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, institución bajo cuya autoridad quedaron la Biblioteca Nacional, los museos y centros bibliográficos del país desde 1929.

Debido al volumen y a los contenidos de los periódicos y revistas, estos impresos comenzaron a ser almacenados en dependencias especiales ubicadas en los subterráneos del edificio. La sección recibió el nombre de Sub-Sección Periódicos y Revistas, dependiente de la Sección Chilena, y vigente hasta el año; 1967.

Años; antes, en 1963, se había iniciado el proceso de microfilmación de diversas publicaciones almacenadas en la Biblioteca Nacional, entre estas, numerosos periódicos e impresos sueltos. Colaboraron en este proceso diversas autoridades universitarias de Estados Unidos a través de un convenio con la UNESCO. De estas primeras actividades se microfilmaron unos 200 rollos de colecciones pertenecientes a la Sala Medina y se acumuló el material necesario para dar inicio a la Sala de Microformatos, abierta al público desde 1987, y que permaneció bajo la coordinación de la Sección Periódicos. De allí que esta unidad reciba el nombre de Sección Periódicos y Microformatos.

En 1989 se firmó un convenio cultural con Japón, país que comprometió la donación de dos máquinas lecto-impresoras, dos gavetas de seguridad para los master, una microfilmadora, y una planetaria para el revelado y duplicación de rollos. Este donativo motivó la creación de políticas claras a seguir en materia de conservación documental y la capacitación del personal necesario para atender estas nuevas necesidades. Así, en 1990 se inició una política institucional de conservación, restauración y microfilmación de los periódicos más antiguos y destacados de la historia nacional.

En los años; 2001 y 2002 se dio inicio a un proceso de catalogación y puesta en línea de los periódicos del siglo XIX y XX. Dicho proceso arrojó un listado de 15.300 títulos que quedaron a disposición de los usuarios en una base de datos en línea.

En el año; 2007 la Sección Periódicos y Microformatos atendió a más de 50 mil usuarios anualmente, quienes consultaban algunos de los 4.922 títulos de periódicos contenidos en 3.694.780 imágenes, 16.471 rollos y 20.316 volúmenes microfilmados. Para brindar al usuario la mejor de las atenciones, la Sala de Microformatos cuenta actualmente con cuarenta y tres visores manuales, ocho visores motorizados, cuatro visores autogestionados, dos lectoras-impresoras, y un scanner de microfilm.

Hoy en día trabajan en esta unidad más de veinte personas dedicadas a brindar un servicio de primera calidad al usuario.